viernes, 20 de abril de 2018

Sanción gubernativa al carlista don Mauricio de Sivatte (1974)

 
S.E. Don Mauricio de Sivatte y de Bobadilla, Marqués de Vallbona, presidente de la Junta Suprema de la Regencia Nacional y Carlista de Estellla, cofundador del Laureado Tercio de Requetés de Nra. Sra. de Montserrat y antiguo jefe regional de la Comunión Tradicionalista en el Principado de Cataluña.


 Informaciones.    25/05/1974.  Páginas: 1. Párrafos: 6. 
ORDEN PUBLICO

Sanción gubernativa al carlista don Mauricio de Sivatte
BARCELONA, 25. (INFORMACIONES, por Margarita Saenz-Diez.)

El Gobierno Civil de Barcelona ha impuesto al conocido político carlista don Mauricio de Sivatte una sanción de 50.000 pesetas. Los conceptos vertidos por el señor Sivatte durante un discurso que pronunció el día 12 del pasado mes de abril en Montserrat, con motivo de la concentración anual de tradicionalistas que organiza la Regencia de Estella, han sido la causa de la multa.

Según parece, don Mauricio de Sivatte, que fue cofundador del tercio de Nuestra Señora de Montserrat, hizo unas supuestas críticas al Gobierno que preside el señor Arias Navarro y asimismo algunas alusiones al asesinato del almirante Carrero.

Según noticias procedentes de círculos allegados al grupo carlista, para hacer efectiva la sanción —de la que se ha depositado ya, como es reglamentario, una tercera parte— se está haciendo una colecta, con la particularidad de que cada aportación no debe sobrepasar las cinco pesetas.
Por otra parte, el señor Sivatte, que tras ser detenido después de la celebración del mencionado «aplech» monserratino, pasó varias horas en los calabozos de la Audiencia de Barcelona, está procesado por el Tribunal de Orden Público y se halla en la actualidad en libertad provisional. Las citadas fuentes indican que don Mauricio de Sivatte podría recurrir contra el auto de procesamiento.

Como se recordará, hace unos dieciséis años que la Regencia de Estella se escindió formalmente del
grupo carlista encabezado por aquel entonces por don Javier de Borbón Parma, padre del príncipe Carlos Hugo, a causa de divergencias ideológicas.

En el actual panorama político español, a este grupo carlista se le sitúa en la denominada extrema
derecha.

https://recursos.march.es/linz/I15811.pdf

Fuente. Archizo Linz de la Tra(ns)ición española.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Manifiesto de la Regencia nacional y carlista de Estella contra la Constitución de 1978

 
 
MANIFIESTO DE LA REGENCIA NACIONAL Y CARLISTA DE ESTELLA CONTRA LA CONSTITUCIÓN
(8 de diciembre de 1978)

REGENCIA NACIONAL Y CARLISTA DE ESTELLA.

La Necesidad de dar una orientación válida al pueblo español después del Referéndum a que fue sometido el texto de la Constitución-1978, que esté de acuerdo con el Derecho Natural, con las enseñanzas emanadas del Magisterio de la Iglesia y con la Tradición de las Españas, la REGENCIA NACIONAL YCARLISTA DE ESTELLA, depositaria de los Deberes de la Dinastía Legítima, después de considerar:

1) La Ley de Sucesión a la Corona de España pactada en Cortes entre Felipe V y los representantes legítimos del pueblo español, promulgada el 10 de mayo de 1713;

2) Las disposiciones contenidas en el Testamento Político de S.M. el Rey Don Carlos VII respecto a la Sucesión a la Corona de España;

3) Las disposiciones dictadas para institucionalizar la Regencia, por S.M. el Rey Don Alfonso Carlos I, el 23 de Enero y 10 de Marzo de 1936, que confirman la exclusión del orden sucesorio a los descendientes de don Francisco de Paula y de don Alfonso (llamado XIII);

4) Que la Constitución-1978 no ha sido redactada por las Cortes Constituyentes, sino pactada entre siete portavoces de unos partidos políticos elegidos para unas Cortes Ordinarias, según la convocatoria de las Elecciones de 15 de Junio de 1977, ya rechazadas por esta Regencia antes y después de su celebración;

5) El texto de la Constitución sometido a Referéndum, que motivó el Manifiesto de esta Regencia fechado el 1 de Noviembre de 1978, y no habiéndose corregido ni enmendado las causas que motivaron su rechazo; por su contenido laicista, por colocar a la Religión Católica única y verdadera, al mismo nivel que las confesiones heréticas y falsas; al establecer normas para legalizar el divorcio; al posibilitar la legalización del aborto; la estratificación de la Enseñanza; al potenciar la intervención del Estado en competencias que corresponden a la Sociedad; la exclusión del Mandato imperativo que desvincula al representante del representado; el omitir el Juicio de Residencia; el que la Administración de la Justicia y el Mando de los Ejércitos no dependan directamente del Rey, sino de ministerios políticos supeditados a la Presidencia del Gobierno;

6) Que el texto Constitucional no prohíbe la libre actuación del Comunismo, intrínsecamente perverso, según lo ha calificado repetidamente el Magisterio de la Iglesia, y legitima además, la difusión del pensamiento marxista;

7) Que coinciden en la voluntad de imponer a los españoles esta Constitución laicista y antiespañola -similar a la de 1931- las fuerzas de la Revolución Mundial representadas por un lado por el Capitalismo Liberal y por el otro por el Comunismo y Socialismo marxistas en un deseo común de borrar la Cruzada de 1936-39, como si no hubiese existido.

8) Las irregularidades cometidas en el Censo Electoral, confesadas por el Gobierno por medio del Ministerio del Interior;

9) El Incumplimiento de las normas dictadas por el propio gobierno que regulaban el procedimiento de la consulta, que disponían no se realizara propaganda ni publicidad en las veinticuatro horas anteriores a la celebración del Referéndum, infracción cometida por los medios de comunicación oficiales y privados al difundir los discursos del secretario general del PSOE, y del presidente de UCD, y del gobierno, después de las cero horas del día 5 de Diciembre de 1978;

10) Las falsas afirmaciones contenidas en toda la campaña electoral que constituyó un verdadero lavado de cerebro psicológico del electorado, al que se le presentó un texto Constitucional como el "único posible", so pena de seguir bajo el peso de las leyes dictadas por el régimen franquista, ocultando la posibilidad factible de ofrecer un texto Constitucional que estuviese de acuerdo con el Derecho Natural y la tradición de las Españas, y en especial el contenido de la alocución del presidente de UCD, y del gobierno en su aparición ante las cámaras de TVE la noche del 4 de Diciembre de 1978, en la que, faltando a la verdad objetiva, influyó en la opinión pública instando con argumentos falaces a los españoles para que votaran "sí" y en consecuencia apostataran, contribuyendo a instaurar una Constitución que contraviene y ataca lo establecido por la Fe Católica y la doctrina secular de la Tradición Española.

11) Que con el texto Constitucional aprobado, puede afirmarse de nuevo oficialmente, que España ha dejado de ser Católica.

12) El texto de la Carta Pastoral del Emmo. y Rvdmo. Cardenal Primado Arzobispo de Toledo hecha pública el 28 de Noviembre de 1978, suscrita y hecha suya por los Rvdmos. Sres. Arzobispo de Burgos, y Obispos de Cuenca, Tenerife, Orense, Sigüenza-Guadalajara, Orihuela-Alicante y Administrador Apostólico de Vitoria, y como fue atacada la doctrina en ella expuesta por los medios de difusión dependientes del gobierno, prensa, radio y televisión, sembrando la duda y la confusión entre los creyentes.

13) Que no se representa los derechos Forales de los reinos, principados, señoríos, regiones históricas y municipios de las Españas, eximiendo al Rey la obligación de jurarlos, antes de ser acatado en Cortes;

14) Que por reafirmar la tesis centralista y la división napoleónica y artificial de las provincias, ignora y atenta contra la naturaleza y esencias del ser de las Españas, como lo atentan las pre-autonomías dispuestas gubernativamente sin el previo respaldo de los pueblos;

15) Que los resultados del Referéndum celebrado el 6 de Diciembre último, sopesando la importancia de las abstenciones, los votos negativos y los votos en blanco, que en extensas zonas geográficas de España rebasan ampliamente los votos afirmativos obtenidos por el Gobierno después de la intensa campaña realizada por todos los medios a su alcance; y

16) Que en recta moral cristiana, una ley no puede ser impuesta contra la conciencia y convicciones de la persona humana,

Esta REGENCIA NACIONAL Y CARLISTA, DECLARA ILEGAL E ILEGÍTIMA la Constitución de 1978, y en consecuencia,


DISPONE:

Artículo primero.-Los españoles no están obligados a acatar la Constitución de 1978.

Artículo segundo.-Los carlistas, tienen el deber de combatirla.

Artículo tercero.-Se hará pública la presente Declaración para general conocimiento del pueblo español, remitiéndose el texto a los medios de comunicación social para que lo difundan; y a la Jerarquía Eclesiástica y al Cuerpo Diplomático acreditado en España, para que la conozcan y obren en consecuencia.


Fuente: Documentos sobre la Legitimidad. Cesar Alcalá

sábado, 3 de marzo de 2018

La Regencia de Estella exhorta a mantener la pureza carlista en Montejurra. 6 de Mayo de 1976


Antes de producirse los lamentables incidentes en el Montejurra de 1976, la Regencia de Estella advirtió sobre la confabulación organizada para desacreditar al Carlismo en ese acto. 
[Nota: La Regencia, como depositaria desde 1958 de la legitimidad y de la autoridad del Carlismo, se  opueso siempre públicamente en sus actuaciones y en sus manifiestos y comunicados a la infiltración en Montejurra de elementos no carlistas: no sólo marxistas sino también fascistas. Infiltración primero, desde 1955 (abandonando aquel carlismo puro: antifranquista y tradicionalista de la inmediata posguerra), de  franquistas como Blas Piñar o la Vieja Guardia falangista traidos por el javierismo-huguismo que jugaba la baza de ser designados sucesores de Franco. Y a partir de 1968 e incluso antes, viene la infiltración de elementos de la izquierda más variada, ya que viendo que Franco no designaba como sucesor un Príncipe carlista, el javierismo-huguismo jugó la baza del antifranquismo, ensayando todo tipo de socialismos, maoismos y posibilismos, haciendo de esa forma tanto daño al Carlismo. Se veía cuan alejado estaba el javierismo-huguismo del antipragmatismo e integrismo seculares del Carlismo indomable de siempre. Frente a ese Montejurra, que ya desde sus comienzos se vio viciado por elementos exógenos, destacaba desde 1848 la pureza carlista del Aplec nacional de Montserrat, pese que a partir de 1958 el javiersimo, ya deslegitimado y fuera de juego, intentó hacer exiguos Aplecs paralelos sin ningún tipo de resultado popular.]
 El documento lleva fecha del 6 de mayo y apareció publicado al día siguiente en El Pensamiento Navarro
La Regencia Nacional Carlista de Estella, se dirige hoy a cuantos acudáis a los actos religiosos que organizados por la Hermandad del Vía Crucis de Montejura tendrán lugar el próximo domingo día 9, pidiendo a Dios, por intercesión de Su Santísima Madre, por cuantos dieron generosamente su vida por un Orden Político Cristiano, en el que el Reinado Social de Jesucristo es garantía de Justicia, y por unos Reyes cuya legitimidad se basa en la fidelidad a tal Orden Político. 

Una vez más, esta Regencia quiere dar su no rotundo y su desautorización a cuantos consciente o inconscientemente sirven hoy a Principios extraños a la esencia de España. Principios demoliberales, socialistas, marxistas, separatistas, fascistas, totalitarios de cualquier signo etc. que reprobamos y combatimos con nuestras afirmaciones sin olvidar que la firmeza y caridad con el enemigo es la actitud propia del verdadero Requeté.

En la hora de las nuevas constituciones para España, la Regencia, que rechazó siempre los pretendientes al trono que han hecho manifestaciones o tenido actuaciones colaboracionistas, socialistas o marxistas, os ofrece hoy en 1976, como ayer en 1936 y en las Cruzadas Tradicionalistas que la precedieron, la "constitución" única posible de "DIOS, PATRIA, FUEROS, REY": Por el honor de nuestros muertos y la fidelidad a los Ideales que ellos sustentaron, extrañamente escamoteados tras la Victoria de la Cruzada, renazcamos en el espíritu de España, en los Principios Tradicionalistas de siempre que afirmaremos en el Aplec Carlista de Montserrat, el día 23 de Mayo de este año.

6 de mayo de 1976
La Regencia Nacional y Carlista de Estella
Fuente: Cesar Alcalá. D. Mauricio de Sivatte, una biografía política.

miércoles, 28 de febrero de 2018

Declaración de la Regencia nacional y carlista de Estella ante la designación de Juan Carlos como Rey de España. 26 de Octubre de 1969

DECLARACIÓN DE LA REGENCIA NACIONAL CARLISTA DE ESTELLA
ANTE LA DESIGNACIÓN DE SUCESOR DEL RÉGIMEN IMPERANTE
En la llamada Ley Orgánica del Estado se ha basado recientemente D. Francisco Franco para designar como sucesor suyo a D. Juan Carlos de Borbón, con la pretensión de que éste sea, en su día, rey de España.
Esta Regencia, en 1º de diciembre de 1966, hubo de constatar y declarar la ilegitimidad y la injusticia, la antitradicionalidad y la nulidad de aquella supuesta Ley que entonces se sometía a referéndum.
Proseguía así la Regencia en el cumplimiento de su misión de defensa y propugnación de la verdad y de la legitimidad españolas, de la vigencia soberana del 18 de Julio y de la España de siempre.
Al igual que hoy, por las propias razones, debe constatar que los actos dimanantes de una Ley ilegítima y nula son necesariamente también ilegítimos, inválidos e injustos, como lo son los actos de futura sucesión que tuvieron lugar en Madrid los días 22 y 23 de julio último.
Su ilegitimidad resulta, además de los siguientes hechos:
1º. LA ILEGITIMIDAD DEL RÉGIMEN. Se origina dicha ilegitimidad el 30 de septiembre de 1936 por la imposición unilateral de una dictadura en contra de los Pactos del Alzamiento. Se agrava después, el 19 de abril de 1937, por la implantación de la tiranía totalitaria, opuesta al Derecho Natural, a la misma esencia de nuestra Patria y a la voluntad de las fuerzas que alumbraron y mantenían con su sangre la Cruzada. Y culmina su ilegitimidad con una sucesión de acciones y omisiones públicas, escalonadas en más de treinta años, tendentes a la total desvirtuación del espíritu religioso y patriótico del Alzamiento-Cruzada de 1936. Para así invertir su resultado y lograr, al final del maquiavélico proceso, el restablecimiento y el predominio de la Revolución que había sido decretada en los campos de batalla. Entre esas etapas están la rotura de la Unidad Católica, el “contraste de pareceres”, el falso sindicalismo, el centralismo opresor de la personalidad de las Regiones, etc.,  y ahora el anuncio de una pseudo-monarquía con un rey de mera figura, que significan la progresiva y próxima vuelta a una situación análoga a la de vísperas de la II República.
2º. LA ILEGITIMIDAD DE SUS CORTES. Las Cortes actuales no son, en manera alguna, representativas del pueblo español. En realidad sólo representan, y obedecen, al propio Régimen imperante, por cuanto sus miembros no son Procuradores de la Nación, sino servidores de la dictadura. En su abrumadora mayoría, los Procuradores o son funcionarios públicos o detentan cargos designados gubernativamente. Y sin excepción alguna deben todos su candidatura al control y favor del Régimen. En consecuencia, aparte de su ilegitimidad, los actos del 22 y 23 de julio de 1969 no son actos de Cortes, sino actos dictatoriales, que de ningún modo expresan la voluntad nacional.
3º. LA ILEGITIMIDAD DEL PRÍNCIPE IMPUESTO COMO PRETENDIDO REY, EN SU DÍA. Por más que se diga que los actos de 22 y 23 de julio último son de instauración, en realidad son de restauración de la rama Alfonsina revolucionaria y usurpadora. Tal restauración está implícitamente reconocida por el “instaurador” y por el “instaurado” al repetir ambos que en éste confluyen las dos ramas dinásticas, alusión fuera de lugar si de veras pretendiera una instauración.
Esta ilegitimidad de don Juan Carlos de Borbón, que concurre con las demás ilegitimidades de su impuesta designación, está declarada en las disposiciones de los Reyes legítimos de España, con autoridad indudable para decretarla.
Omitiendo, por brevedad, más disposiciones reales al respecto, recordaremos sólo lo decretado el 10 de marzo de 1936, por S.M.C. don Alfonso Carlos I, precisamente el Rey con quien pactaron los militares el Alzamiento y sus condiciones: «Según las antiguas Leyes españolas, la rama de don Francisco de Paula perdió todo su derecho de sucesión por rebeldía contra sus Reyes legítimos, y lo perdió doblemente don Alfonso –llamado XII– para él y para toda su descendencia por haberse batido al frente de su ejército liberal contra su Rey Carlos VII, y así lo perdieron los Príncipes que reconocieron la rama usurpadora».
La dinastía ilegítima de don Juan Carlos, por otra parte, advino siempre al Poder no por hechos de arraigo popular, sino por maniobras revolucionarias fraguadas desde el mismo poder, como en los casos de los llamados Isabel II y Alfonso XII.
No es de extrañar, pues, que don Juan Carlos, fiel a la índole de su rama dinástica, acepte la sucesión que le da el propio Poder revolucionario y se muestre indiferente a que ni antes ni después de su impuesta designación se haya producido una sola manifestación popular de adhesión.
La dinastía ilegítima de don Juan Carlos, por su propia naturaleza usurpadora y revolucionaria, llevó a España a la disolución y a la ruina –como reconoció el propio Franco en su contradictorio discurso “justificativo” de la designación–, degradando a nuestra Patria, desde su ser de brazo de la Cristiandad en el mundo, hasta convertirla en esclava de la Revolución satánica y antiespañola y en palenque de sus intereses y sus luchas intestinas. 
Así, la rama usurpadora de don Juan Carlos es la dinastía de los tristes destinos que convirtió a España de potencia internacional en impotencia nacional. Tal dinastía, también por su propia naturaleza, es incapaz de lograr que nuestra Patria se recobre a sí misma. En esta rama dinástica, servil instrumento de la Revolución, sea cualquiera la forma en que se presente, sus pretendidas catolicidad, españolidad y tradicionalidad, son máscaras que la misma Revolución impone para engaño de incautos y consiguiente mejor logro de sus fines.
Por su ilegitimidad y por su injusticia intrínseca, el hecho revolucionario y dictatorial de la imposición de sucesor de 22 de julio y el hecho revolucionario y servir de la aceptación de 23 de julio, agravan considerablemente el problema de vida o muerte, ya tres veces solapadamente impuesto a los españoles desde 1833 por la dinastía isabelina al servicio de la Revolución extranjera, de la anti-España.
El problema que se plantea a los españoles es el ser leales a la Patria auténtica, católica –pero oscurecida y en apariencia inerme–, o el traicionarla, sirviendo a la anti-Patria, a la Revolución mundial antiespañola y satánica –pero prepotente, arrolladora y rebosante de promesas y dádivas–.
Pero todo esto ocurre porque, a pesar de cualquier apariencia contraria, la dictadura imperante ha sido revolucionaria desde su nacimiento.
Y, en consecuencia, enemiga natural y radical del espíritu y carácter del 18 de julio de 1936, tan español y tradicional como antirrevolucionario.
Por ello, por radicalmente revolucionario, aunque a su modo retorcido, ecléctico e inconfesado, el Régimen ha estado siempre al servicio de la Revolución, desde su primera cerrazón totalitaria hasta sus últimas aperturas “democráticas”.
Por ello, por revolucionaria, maquiavélica y materialista, la situación gobernante implanta en su día la Revolución nacional-sindicalista con su Partido único, a la vez que patrocina grupos de presión liberal-capitalistas, hijos también de la Revolución, y se beneficia ampliamente de ellos y de su sistema.
Y por ello, para ser revolucionaria hasta después de muerta, la tiranía que esclaviza a España impone hoy a D. Juan Carlos de Borbón como futuro rey del Movimiento, previo juramento de sus principios. Aunque, con el doble propósito de continuar el engaño de incautos y ampararse en el prestigio de lo tradicional, la dictadura elogie a la Tradición y adopte nombres suyos.
La Tradición no vive del elogio, sino de la virtualidad de su ser propio. No es la Tradición cuestión de nombres, sino de contenido y espíritu.
La Monarquía tradicional española es una Institución con características peculiares, que nada tuvieron de común con el absolutismo y el liberalismo de ayer, y nada tienen hoy de común con la forma “monárquica” elaborada por el Régimen, ni con el democratismo, falsamente monárquico, en boga en países extranjeros.
La Monarquía, en el conjunto de la Causa carlista, es una fecunda y gloriosa bandera, a la que sigue todo un ejército de instituciones propias, de libertades concretas, de concepciones autóctonas, de modos de pensar, de ser y de vivir, que España está ansiando intuitivamente en medio de sus angustias, inquietudes o inconformismos. Porque únicamente en ellas está la salud de una sociedad gravísimamente enferma por el virus de la Revolución que fracasa en todo el mundo y en todas sus vertientes, desde la liberal y democrática a la socialista y comunista. 
El Régimen imperante, por revolucionario, repugna y rechaza lo real y efectivo de la Tradición, su contenido y espíritu, para limitarse a unas proclamaciones nominales que no son más que apariencias con las que necesita encubrirse, ante la traicionada España del 18 de Julio, para consumar su obra revolucionaria.
Consumación que pretende realizar con la tiránica imposición de D. Juan Carlos. Con lo cual la frase dictatorial de que el Movimiento se sucede a sí mismo, descubre su verdadera pretensión: la Revolución se sucede a sí misma. 
En consecuencia, la Regencia Nacional, considerando cuanto se ha dicho y con la autoridad que le confiere el ser depositaria de la Legitimidad tradicional y abanderada auténtica del Carlismo –único representante de la verdad de España y del sano pueblo español– declara pública y solemnemente la absoluta ilegitimidad y la total nulidad de los actos de Madrid de 22 y 23 de julio de 1969.
Y exhorta a todos los españoles –y muy en particular a los más directamente vinculados al 18 de Julio de 1936– para que no sólo de modo pasivo, con frialdad y despego, sino positiva y decididamente, tengan también dichos actos por ilegítimos o inválidos.
Con conciencia firme de que en el artificio y la mentira está la esclavitud y en la verdad está la libertad, según la sentencia evangélica. 
Y de que en la liberación de todo engaño está el primer paso seguro para sanar a la Patria y encauzarla hacia su futuro definitivo.
En el nombre de Dios y con Su ayuda esperamos dar los pasos consiguientes.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España! ¡Viva el Rey legítimo!
                                                                 
                                                                  LA REGENCIA NACIONAL DE ESTELLA
En España, a 26 de octubre de 1969,
                                                                       Festividad de Cristo Rey.


 
2ª EDICIÓN – xi.1969 – La primera edición fue intervenida gubernativamente.

lunes, 26 de febrero de 2018

El Referéndum de 1966. La posición de RENACE frente a la del Javierismo


Don Javier y el Referéndum.

Transcribimos de la DECLARACIÓN de Don Javier de fecha 3 de octubre de 1966, los dos primeros párrafos del Documento dirigido al pueblo carlista con motivo del REFERENDUM que tendría lugar el 14 de Diciembre de 1966. Texto de la Declaración:
"Pasada la primera etapa de la postguerra que se dedicó a la reconstrucción del país y emprendida la etapa posterior de desarrollo económico y social, ahora el Generalísimo Franco ha abierto el proceso político para dar cauce a la realización de las Instituciones".
"A fin de que hagáis toda la aportación necesaria a este proceso político, con el mismo espíritu que os llamé el 18 de Julio, os llamo ahora para la reconstrucción política de nuestro tiempo"
La Regencia de Estella ante el Referéndum.

Del histórico y solemne DOCUMENTO de fecha 1º de Diciembre de 1966 dirigido al Carlismo y al pueblo español, transcribimos el último párrafo que sintetiza de manera terminante todos los razonamientos y alegatos que determinan inexorablemente el enfrentamiento del Carlismo con el REFERENDUM del 14 de Diciembre de 1966. Habla la Regencia de Estella: "EL CARLISMO REPUDIA TODO PRETENDIDO REFERENDUM, como repudió el 6 de Julio de 1947, porque además de la conocida falsedad de cualquier Referéndum en regímenes totalitarios, obedece al antinatural principio libera-revolucionario del sufragio universal inorgánico, es contrario al Pacto Histórico entre la Corona y la Nación, cuya vigencia ha reivindicado siempre el Carlismo, y atenta contra el auténtico y sagrado referéndum que el pueblo español selló con su sangre el 18 de Julio de 1936".
Sólo cabe un comentario: ¿Es posible que tan opuestas actitudes no sirvan de una vez para siempre, para separar lo bueno de lo malo, y la verdad del error? DIOS ESTÁ CON NOSOTROS, PORQUE NOSOTROS ESTAMOS INCONDICIONALMENTE CON ÉL, hará que la FE, sin concesiones, renazca en el corazón de los carlistas para conducirles de nuevo a la unidad de pensamiento y acción.
Fuente: revista Tiempos Críticos, de enero-febrero de 1969. Principal órgano de la RENACE.

sábado, 13 de enero de 2018

Declaración de la Regencia Nacional de Estella el 6 de enero de 1959

 

El dilema de España es hacer honor a su elevada misión actuando siempre en Cruzada o degradarse. 

No hay término medio.

Basta asomarse a la actualidad o a la historia para comprobar esta verdad.
Ella constituye la única y sencillísima clave para comprender de una vez lo que los politiquillos de turno -con el fin de poder continuar su vida constantemente-, siendo en sí diáfano: la razón de los altibajos de la vida de España. Y para dar de bruces con el remedio básico de todos sus problemas, que en puridad se reducen a uno sólo.
Leemos en Menéndez y Pelayo ("Historia de los heterodoxos españoles", Editorial Nacional, tomo VI, Epílogo): "España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad, no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo...A este término vamos caminando más o menos apresuradamente, y ciego será quien no lo vea. Dos siglos de incesante y sistemática labor para producir artificialmente la revolución...El español que ha dejado de ser católico es incapaz de creer en cosa ninguna, como no sea en la omnipotencia de un cierto sentido común y práctico las más veces burdo, egoísta y groserísimo. De esta escuela utilitaria suelen salir los aventureros políticos y económicos, los arbitristas y regeneradores de la Hacienda..."
Permítasenos un inciso: ¿Quién no ve reflejados, en la segunda parte de esta cita, a la situación política imperante en España y a sus personajes?
Pero a la primera y fundamental parte de la cita, en verdad y justicia, debe añadirse: España, de la Cruzada mantenida durante más de siglo y cuarto por el Carlismo, incluso dentro del Alzamiento de 1936 contra las herejías-revoluciones liberales, marxistas, modernistas y de toda laya y careta...

España y anti-España
Evidente es que siempre que se ha ocupado España, rica o pobre, en estos objetivos, ha sido grande, porque ha actuado fiel a su misión, en Cruzada.
Por el contrario, se desconoce, insulta o se trata de envilecer y engañar a los españoles cuando se les desvía, en la teoría o en la práctica, de los objetivos propios de la parte elevada de su naturaleza; se les moteja de ser un pueblo sin pulso; se les inclina y casi obliga al "estraperlo" religioso, social, político, económico; a vivir fuera de lo que llaman, aunque hoy casi siempre sin serlo, ley; y por todos los medios se pretende convencerles de que ese vegetar degradado es verdaderamente vida y de que son incapaces, por lo menos como pueblo, de realizar nada más digno.
Eso, y más solapadamente que nunca, se está volviendo a hacer en España desde casi el principio de la misma guerra de 1936 para acá. Y si se intenta es porque resulta absolutamente necesario conseguirlo a las fuerzas de la anti-España, que no pueden consentir de ninguna manera que España exista.
La Cruzada y el Movimiento
Nuestra patria había demostrado una vez más, con el Alzamiento, lo que era, lo que podía, con la ayuda de Dios; y ello constituía un peligro mortal para las fuerzas del mal de dentro y de fuera de España, peligro que a todo trance tenían que eliminar Pero era tal la reacción religioso-patriótica del pueblo español, la tensión del espíritu de la Cruzada Nacional de que se hallaba poseído, que hubiera sido contraproducente combatirlos de frente. En cambio, resultaba táctica adecuada para anular aquella reacción, aquella tensión, la de irlas frenando y contrarrestando, dosificada y sistemáticamente, empleando para conseguirlo todo el tiempo necesario y una completa y maquiavélica trama de engaño. En pocas palabras, la anti-España tenía que empezar por sustituir el Dios y la Patria verdaderos que se vivían al principio del Alzamiento Cruzada, por la aparición de esos mismos nombres y esas mismas banderas que personaliza desde 1937 el llamado Movimiento o F.E.T. y de las J.O.N.S.
La Cruzada y el Carlismo
El mayor enemigo para conseguir en la realidad esa situación, esa eliminación disimulada, era y es el Carlismo. Porque aun con todos sus defectos humanos, el Carlismo constituye en España el único ser colectivo cristiano completo (social, religioso-patriótico, popular y político militar), por su bien probado espíritu de Cruzada, por ser él sólo quien pudo pactar y pactó con el Ejército las condiciones naturales, patrióticas y políticas en las que debía irse al Alzamiento y desarrollarse éste, por ser y representar colectivamente, en suma, la verdadera y única España desde que hace más de un siglo la anti-España usurpó el Poder en nuestra Patria.
Por ello, a hacer desaparecer el Carlismo y a degradar a España se aplicaron preferentemente los enemigos, aunque empleando, siempre que les fue posible, fórmulas encubiertas.
Se hizo caso omiso al Pacto-Base del Alzamiento. La eliminación de todos los partidos, medida absolutamente necesaria para la salud pública, que en dicho Pacto-Base había quedado convenida, se sustituyó por la nefasta y tiránica imposición de otro parotido, nuevo y único, denominado preferentemente al principio F.E.T. y de las J.O.N.S., y en la actualidad Movimiento. El acto de abuso de fuerza "creador" de ese "Movimiento", que sólo por conculcar lo pactado, en nada podía obligar al Carlismo y a España, fue, por otra parte, ilícito, ilegítimo e ilegal en sí mismo, por negar los postulados de libertad y dignidad natural y cristiana del hombre y de la sociedad, estableciendo y ordenando con ello la degradación de nuestra patria y de nuestros compatriotas. Y no menos ilícito, ilegítimo e ilegal por continuar la usurpación del poder a la Legitimidad Pública española, al Carlismo -el más grande obstáculo contra la esclavización del país-, y aun por imponer su muerte, su desaparición, mediante mezclarle y subordinarle a entes, personas y disciplinas ajenos o importados, usurpadores y colectivamente no católicos.

El Movimiento y el Carlismo
Mas nada importa a los aventureros y enemigos, ilicitud, ilegitimidad o ilegalidad más o menos con tal de que le sirvan para formar la maraña, el embrollo y el tinglado que necesitan para ocupar el Poder y "disfrutar"; fingidas o reales necesidades de las guerras, primero la de España y después la mundial; Dictaduras totalitarias, Democracias orgánicas y Reinos, todo bien revuelto y confundido; absoluto monopolio de la "verdad oficial" (sea verdad realmente o no lo sea), impuesto por la censura, por la "información", por la prensa, por la radio, por el cine; corrupción , coacciones y terror dosificados e inacabables, destierros, multas, injusticias, cupos y tratos de favor o hambre, cárceles; servidumbre antinatural y antinatural y anticristiana, impuesta a todos los españoles por el "Movimiento" gobernante, mediante los sindicatos nacional-sindicalistas (obligatorios y únicos) para todas las actividades laborables y profesionales, el llamado "Servicio Social" (en realidad Servicio fetista) para todas las mujeres que tienen que salir del hogar, el "Frente de Juventudes", el "S.E.U." y la denominada "formación del espíritu nacional" (en verdad, del espíritu partidista de F.E.T. y de las J.O.N.S.), para todos los jóvenes y estudiantes, etc.
Según veremos en seguida, en mala posición hallaron a los carlistas estos traidores ataques de quienes se presentaban amigos y compañeros de Cruzada, aunque realmente continuaban siendo los enemigos de siempre. Cualquier otra planta hubiera muerto en circunstancias semejantes, y aun tratándose del Carlismo, de España -fuerza incomparable con cualquier otra humana-, era ineludible que, colectivamente, nos costase mucho tiempo y enorme esfuerzo identificar a nuestros encubiertos situados y poderosos adversarios y enemigos, internos y externos, y poder iniciar mediante ese conocimiento nuestra liberación de embarazos tan intrincados, de confusión tan grande y de conjura tan tenebrosa. En particular teniendo que sostener a la vez nuestra existencia y esa lucha, como comprobaremos no sólo desprovistos de nuestra cabeza ordinaria, el Rey, o en el último caso el Regente, legítimo, sino conducidos por directores y mandados por jefes cuando menos extraños a nuestro propio ser.
Mas ya Dios, que ha enviado o permitido estas pruebas a los carlistas y nos ha otorgado resistencia para soportarlas, ha comenzado a darnos la fuerza necesaria para continuar cumpliendo con nuestro deber de percibir y apartar a los adversarios y señalar y contrarrestar a los enemigos y, si El quiere y nosotros también, vencerles para bien de la Religión y salvación de la Patria.

Situación del Carlismo
Veámoslo a grandes rasgos en cuanto a la situación actual del Carlismo y de la Legitimidad en España.
Extinguida en plena guerra, con la muerte de S.M.C. Alfonso Carlos I, la Dinastía de los Reyes legítimos de España, y, como tales, Caudillos del Carlismo, debía haberla continuado con el carácter de Regente de derecho de España el Príncipe Don Javier de Borbón. Pero esa continuidad y Regencia de España, sin la que nada representa Don Javier ante ningún español no ante ningún carlista, o no existió nunca en la voluntad de su titular o fue desapareciendo por sus omisiones y actos, hasta ilegitimarse por completo. Con ello, al suicidarse políticamente como se ha suicidado, Don Javier hubiera a la vez inutilizado al Carlismo privándole del factor de la autoridad, esencial para la existencia de cualquier sociedad.
Pero la Providencia quiso evitar tan grave daño a la católica España preservando de la muerte al Carlismo vivo y actuante, totalmente ajeno y opuesto desde siempre al abandono y a la claudicación de Don Javier, para que, al ilegitimarse éste total y públicamente, mantuviera aquél la continuidad de ser colectivo conocido con el glorioso nombre de Carlismo durante más de un siglo de actuación y política propia e independiente; y con esa continuidad conservadora también la de España, proveyendo a ésta y al mismo Carlismo de autoridad legítima, soberana y monárquica, aunque provisional, que sucediera sin truncamiento alguno, y dentro de su función, a los Reyes legítimos de España y al mismo Regente Don Javier. Ya S.M.C. Carlos VII había previsto en su Testamento Político la continuidad de su dinastía en la de los carlistas, si se extinguía la de los Reyes legítimos; y S.M.C. Alfonso Carlos I, aunque errando en el titular, había establecido la Regencia, como faltando el Rey es ineludible en un sistema monárquico, para personalizar la dinastía.
Así se hizo por el Carlismo, en representación de España, quedando proclamada en Montserrat el día 20 de abril de 1958 la Regencia Nacional de España, legítima autoridad soberana, aunque provisional, de la Nación.

El "posible" futuro español
Y veámoslo también en cuanto a las otras "posibilidades" actuales de España.
Evidente es ya la infidelidad a la Cruzada de 1936 de la situación gobernante y de todos sus aliados, y clarísimo que van sumiendo a España y a los españoles en el abismo. Testigos, la inmensa mayoría de nuestros compatriotas, aun de los privilegiados y beneficiarios de la situación.
Ineludible es la misión de puente para el anti-19 de julio descarado, para la anti-Cruzada que -consciente o inconsciente, de acuerdo o enfrentado con la situación gobernante, con Lausanne o Estoril-Lourdes, con socialismo, democracia-cristiana o boina roja- tendría el juanismo, de implantarse en España.
Escandalosa sería la traición a la patria si se la entregase o se permitiera que cayese en brazos de una nueva República.
Y como ya hemos visto hace un momento, no podemos sopesar siquiera la hipótesis de una situación "Don Javier" o de su hijo Don Hugo (aun con la "ayuda" del neo-cedismo personal de Valiente y compañeros), porque no existe realmente, sólo representa una entelequia, carece de propia sustantividad, no significa más que otra mítica faceta del "Movimiento", otra ficción-pantalla de la situación gobernante, en la que "abdico" reiteradamente -en cuanto a Don Hugo y Valiente recuérdense, entre otros actos, su asistencia y discursos respectivos en Montejurra y Villarreal- sus ilegitimados, inexistentes o non natos poderes.
En otras palabras (prescindiendo de la última hipótesis, por inexistente), para nuestra patria la implantación de cualquier República sería mucho peor que la vuelta al 17 de julio de 1936; la implantación del juanismo -con o sin boina roja- mucho peor que la vuelta al 13 de abril de 1931; la continuación de la situación actual gobernante (con o sin "el refuerzo" Don Javier-Don Hugo-Valiente) mucho peor que la etapa de ella que llevamos soportada. En cualquiera de los tres casos, el suicidio de España.
Pero la misericordia de Dios es infinita y España está de vuelta, aunque a costa de ríos de sangre, de liberalismos y socialismos más o menos conservadores o "avanzados", monárquicos (dígalo el 12 de abril de 1931) o republicanos (dígalo el 19 de julio de 1936), de totalitarismos y tiranías (dígalo la España de hoy), de anarquías (dígalo la dictadura de Don Miguel Primo de Rivera), de mentiras "políticas" de todas clases (dígalo la inestabilidad de todas las situaciones que se han sucedido en nuestra patria desde que hace más de cien años le fue arrebatado el que, a pesar de sus defectos humanos, que hay que corregir y con la ayuda de la Providencia se corregirán, y es su régimen propio).

El régimen propio de España, única solución
Resulta,  pues, evidente que el único y radical remedio de España está en que recupere ese su régimen propio tal como empezó a presentarlo y ofrecerlo a toda ella en 1936 el Carlismo, por su milicia el Requeté; hasta que la situación actualmente gobernante logró falsificar la Cruzada bajo el nombre de Movimiento y de F.E.T. y de las J.O.N.S., y con ello enmascarar una vez más la propia naturaleza de nuestra patria, degradándola en lo posible.
No decimos -bien al contrario- que para que vuelva a colocarse España en su sitio haya que incrustarle una corona real falsificada y usurpada, a semejanza de la que le impusieron sus enemigos durante la mayor parte de los siglos XIX y XX.
Decimos que para que pueda recobrar su personalidad, dignidad y bienestar es imprescindible y suficiente empezar por ayudarle a rescatar, puesto al día, su régimen propio completo, con todas sus instituciones y espíritu, el de Dios-Patria-Fueros-Rey, el de Cruzada -Dios es lo primero en nuestro lema-, en una palabra, el propugnado, en lo humano y colectivo, exclusivamente por el Carlismo en los ciento veinticinco años, incluso durante el Alzamiento de 1936, que gracias a Dios y a su instrumento, el Carlismo fue, al principio, verdadera Cruzada.
Y es evidente que porque sólo el Carlismo ha propugnado colectivamente el régimen propio, completo de España y continúa propugnándolo hoy -en nuestra destrozada y atomizada sociedad española-, sólo el Carlismo ofrece garantías así de esforzarse de veras y con aptitud en luchar, acompañado por los buenos españoles, por su implantación, como de conseguirla. Con la ayuda de Dios y si ésta es su voluntad soberana.
En su artículo "Gobernar desde fuera" ("Obras completas", Junta del Homenaje, tomo XIII, págs. 209 y sigs.), entre otras muchas cosas de perfecta actualidad, dice Mella: "Cuando no se puede gobernar desde el Estado con el deber, se gobierna desde la sociedad con el derecho". Labor sacrificada, pero eficacísima.
A este esfuerzo, es este momento -porque digan lo que digan los arribistas de toda clase, hoy no se puede gobernar desde el Estado con el deber-, llama, convoca y apremia la Regencia Nacional de Estella, en nombre y representación del Carlismo, de la Comunión Tradicionalista, de España, a todos los carlistas y a todos los españoles. Y a gobernar desde el Estado con el deber -si antes no ha podido ser proclamado el legítimo Rey de España que lo haga- se propone y espera conducirles el día señalado por Dios que, en las actuales circunstancias, puede estar a la puerta.
En un lugar de España, en la Festividad de la Monarquía Tradicional del año del Señor de 1959.

(*)En el texto que sigue hay algunos párrafos sin sentido, debido a la omisión de algún verbo o palabra clave; esto es fruto natural de las imprentas deficientes, de caja, de la clandestinidad auténtica.
Fuente: Apuntes y documentos para la Historia del Tradicionalismo español. Manuel de Santa Cruz.